¿Cómo cercar mi jardín?

Parece que un jardín es más personal, más tuyo, cuando está cercado. Se gana privacidad y también seguridad, algo que es de agradecer cuando se tienen chicos pequeños y/o se conviven con animales domésticos. Hay dos tipos de cercos: los naturales y los artificiales.

Cerco natural

El cerco natural es aquel que está compuesto por plantas vivas. Puede llevar más o menos tiempo conseguir un buen cercado, pero sin duda es la mejor opción cuando queremos conseguir un jardín más verde. Lo único que hay que tener en cuenta es que la mayoría de coníferas o arbustos que se usan para setos se deben de plantar a una distancia de 30 a 40cm entre uno y otro.
Plantas como los tejos, cipreses, laurel o viburno son las especies más recomendadas.

Cerco artificial

El cerco artificial es aquel que está hecho con madera o bloques. No necesita apenas mantenimiento, además, son muy duraderas y resistentes. Son el tipo de cerco más tradicional por su durabilidad.
Otra opción es combinar ambos tipos de cerco. Por ejemplo: puedes poner pared hasta cierta altura, luego introducir varias varillas, enganchar tela metálica, y plantar cerca una planta trepadora para que crezca sobre la tela. Esto es algo que cada vez se va haciendo más, pues tienes lo mejor de los dos tipos: por un lado, te aseguras de que sea resistente gracias a los bloques con los que hagas la pared, y por otro, la gama de colores de tu jardín aumentará debido a las flores de la trepadora.

CERCO DE PLANTAS ARTIFICIALES DECOREDES®
Cerco de plantas confeccionado con follaje artificial de polietileno aditivado con protección UV, fácil de instalar. Funciona como enredadera, muro verde o jardín vertical. No requiere ningún tipo de mantenimiento. Su presentación es en paneles automontables de 50x50cm.